domingo, 18 de agosto de 2013

Lindsey

Lindsey Stirling
Birth

Mi nacimiento fue en un callejón oscuro y húmedo, tenía puestas ropas que no reconocía, rotas, rasgadas. Era de noche, pero estaba segura que estaba amaneciendo porque ya se veía ese tono azul oscuro en el cielo.
-¿Estás bien? Mi nombre es Derek.
-No lo sé... Mi nombre... no lo sé...
No tenía miedo, no podía tenerlo, no sabía quien había sido, ni quien era ahora. Tenía moretones en las piernas ¿qué me había pasado? ¿qué me habían hecho?
-¿Podés pararte?
-Creo que sí...
Me paré pero me dolía todo el cuerpo. Estaba muy cansada. Él me agarró de la cintura para ayudarme a caminar.
-No tengas miedo, yo te voy a ayudar.
-No tengo miedo... solo estoy confundida...
Me llevó hasta un boliche y desde allí llamó a una ambulancia.
-No me acuerdo de nada...
-No te presiones, la memoria va a regresar tarde o temprano.
-Gracias...
-No tenés que agradecerme.
-Ahora no conozco a nadie más en el mundo que a vos... ¿podré contactarte cuando salga del hospital?
-Claro, y no te preocupes, yo te voy a acompañar.
Me debo haber quedado dormida en la ambulancia, cuando desperté afuera de la habitación se encontraba la única persona que conocía en ese mundo, Derek, y una muchacha de cabello teñido de azul, muy bonita y de piel muy blanca. Cuando llamaron a Derek para informarle mi estado ella se fue por el pasillo.
-Ya te encuentras bien- me dijo el médico que me estaba atendiendo- podrás irte en unos momentos.
¿Irme a dónde? Ni siquiera sabía dónde estaba mi casa.
-Pero... no me acuerdo de nada ¿cuándo van a volver mis recuerdos?- mi desesperación se debe haber notado en mi voz y fue Derek el que me tranquilizó.
-Tranquila, ya van a volver, el doctor me dijo que es solo cuestión de tiempo de que vuelvan, vas a tener que tener paciencia- y me sonrió. Esa sonrisa podría haber calmado a cualquiera.
-Pero... no sé dónde vivo... qué voy a hacer...
-Vas a venir conmigo hasta que puedas conseguir un trabajo y alquilar un departamento, o hasta que alguno de tus familiares te encuentre.
No tenía palabras para agradecerle lo que había hecho por mí. Acepté su ayuda, y lo acepté a él, era imposible no hacerlo era demasiado amable conmigo aún sin siquiera conocerme.
-Ya firmé tu alta, vamos, te va a hacer bien caminar un poco.

Move on

Los siguientes días fueron tranquilos, bueno, todo lo tranquilos que pueden ser siendo que no recordaba nada de mi pasado. Comencé ayudando a Derek con las cosas de la casa. Él era bastante desordenado como todo hombre de casi treinta que vive solo. Le ordené su ropa, lavé los platos sucios acumulados en la cocina y barrí los pisos. Seguramente en algún momento había ayudado a alguien con lo mismo porque me salía bien. Él dormía hasta el mediodía, porque trabajaba hasta las cuatro o cinco de la mañana como guardaespaldas.
La chica que vi en el hospital era Katty Perry, aparentemente alguien conocido en el mundo de la música pop.
-Puedo acostumbrarme a que vivas acá- me dijo sonriendo.
-Quiero ayudar en lo que pueda, mientras consigo un trabajo...
-Justamente de eso te quería hablar, hoy estuve en un bar, queda acá cerca, me dijeron que necesitaban a alguien que ayude con la atención en las mesas ¿Creés que puedas hacerlo?
-Supongo que puedo, es cuestión de intentarlo ¿no te parece?
-Bueno, entonces hoy a la noche me acompañás, así te presento con el dueño.
-Gracias, no sé cómo voy a pagarte todo esto...
-¿Querés que vayamos a almorzar afuera? La heladera debe estar más que vacía...- abrió la heladera y notó que estaba llena.
-Saqué plata de tu billetera para ir al supermercado, y ya tengo casi lista la comida- le sonreí.
-Definitivamente puedo acostumbrarme a esto.
Esa noche me llevó al bar, era un lugar agradable, en su mayoría iban parejas, pero también había amigas o amigos que se juntaban a tomar algo. El dueño parecía bastante simpático.
-¿Tienes experiencia trabajando de esto?
Miré a Derek, evidentemente no le había contado...
-Lo siento, no puedo recordar nada de mi pasado, solo recuerdo los últimos días, cuando Derek me encontró.
-Ah... disculpame, no lo sabía.
-No te lo dije porque preferí que te lo cuente ella- le dijo Derek.
-Está bien- dijo el dueño mirándome- no te preocupes, vamos a hacer lo siguiente, te voy a tomar a prueba por dos semanas, si te gusta el trabajo, podés quedarte.
-¡Gracias! Es usted muy amable, prometo hacer mi mejor esfuerzo.

Ghosts

A casi dos años de haber perdido mis recuerdos, solo pude recuperar uno, un recuerdo de mi misma tocando el violín en un teatro. Tocaba "El Fantasma de la Opera" ante un teatro repleto. Busqué imágenes de ese teatro en internet, me pasé horas buscándolo pero no encontré nunca ninguno parecido.
Tenía un vestido blanco, de gala, y todo el público estaba vestido de fiesta, debió ser un show muy impresionante... Lástima que no puedo recordar nada más...
Me di cuenta de que sabía tocar el violín una noche en el bar. Había ido una banda de rock y mezclaban sonidos con un violín de esos eléctricos. Me acerqué al escenario y le pedí a la chica si me permitía tenerlo un rato. Ella no se negó y empecé a tocar, el mismo tema que había interpretado en el teatro, y fue como si mi cuerpo supiera cómo pasar el arco por las cuerdas, qué notas musicales eran qué movimientos y tocar el violín fue mágico... Es increíble como la mente puede ignorar todo y a la vez saber cómo interpretar esa maravillosa música. La gente me aplaudió cuando terminé y yo le agradecí a los chicos de la banda.
Estuve los siguientes dos meses juntando plata para poder comprarme un violín, y es el que uso actualmente. Podría haberlo cambiado por otro mejor, pero me gustaba ese, había sido mi compañero desde que había nacido otra vez.
A Derek le gustaba que tocara el violín para él... Estuvimos juntos menos de un año, es rarísimo decir que empezamos a convivir incluso antes de ser novios. Yo tenía miedo, porque sabía que eso que sentía por él no era amor, sino agradecimiento, y mis temores fueron fundados. Él sí me amaba.

Shadows

Me separé de Derek nueve meses después, ya podía costearme un alquiler de un departamento y había empezado a tocar el violín en el bar, por lo que me pagaban bastante más. Él iba a verme tocar a veces, pero a mí no me gustaba mucho, sabía que no le había hecho bien cuando rompimos y que viniera era algo difícil, me dolía saber que lo había lastimado, sabiendo todo lo que él había hecho por mí... Creo que ese fue mi peor error con él.
Un día llegó con ella, al principio creí que estaban saliendo, pero no era así, él solo era su guardaespaldas, o al menos eso me dijo.
Mucha gente le pidió autógrafos mientras caminaba hacia una de las mesas más cercanas al escenario donde yo me encontraba a punto de interpretar mi música.
Katty me sonrió y me saludó desde la mesa, Derek se sentó a su lado, junto a otro muchacho que asumí que también era su guardaespaldas.
Interpreté uno de mis temas, estaba componiendo más pero ese era el único terminado "Shadows".
A Katty le encantó, cuando terminé el mini show pidió hablar conmigo directamente.
-Buenas noches, es un placer conocerte
-Lo mismo digo, interpretás ese violín como el mismo Paganini.
-Gracias.
-Tengo una propuesta que hacerte, quiero ofrecerte que toques para mí, en la próxima gira que voy a hacer.
Me quedé muda, no sabía que decir, de repente pasar de tocar en un bar ante como mucho cuarenta o cincuenta personas a tocar en un show donde podría haber diez mil, era mucha diferencia...
-Ehhh no sé que decir...
Se rió
-No te preocupes, mucha gente se queda sin habla cuando estoy presente.
Le sonreí.
-Está bien... creo que puedo intentarlo.
Me sonrió y me dijo:
-Entonces te espero mañana a la noche para que empecemos a ensayar.
Me entregó una hermosa tarjeta azul con su nombre y el sello de su discográfica, con la dirección a donde tenía que ir.
-Te espero.


First Concert

Katty es la mujer más hermosa, talentosa, inteligente, divertida y genial que conocí. Decir que quería ser como ella era quedarse corta, y realmente sobre todas las cosas quiero ser como ella, aunque me lleve cientos y cientos de años.
El día del primer concierto en el que estuvimos juntas estaba muy nerviosa, demasiado, iba a tocar ante diez mil personas en el estadio más importante de Boston. Realmente era todo un desafío y yo no quería fallarle a Katty. Traté de calmarme, traté de estar tranquila, pero aún así... estaba caminando de acá para allá en el camarín. No sabía qué hacer hasta que tocaron la puerta.
-Lindsey, soy yo.
-Katty- le abrí la puerta y volví a cerrar- creo que tengo pánico escénico...
Se rió. Estaba vestida con un impresionante vestido tubular rojo lleno de lentejuelas que brillaban con las luces del techo.
-No te preocupes, es normal las primeras veces.
-¿Y si lo hago mal? ¿y si no me acuerdo lo que ensayamos...? ¿y sí...?
Ella no me dejó seguir, me puso sus dedos sobre mis labios y me dijo:
-Te vas a acordar de todo, solo pensá que habiendo perdido todos tus recuerdos nunca olvidaste cómo tocar el violín.
Eso era cierto... la abracé fuerte y ella me dio un beso en el cuello.
-¿Más tranquila?- me preguntó.
-Sí.
Me gustó bastante ese beso.
Fueron casi cuatro horas seguidas de show, Katty podía hacer que las emociones de la gente se intensificaran o se calmaran en los momentos que ella decidía hacerlo, tenía un don, eso era seguro y su voz... era simplemente increíble, como si no perteneciera a este mundo.
Los shows con Katty se volvieron los momentos más increíbles de mi vida, amaba tocar el violín, no sabía por qué, o cómo había empezado, o quién me había enseñado, pero yo sabía que amaba tocar el violín y ese sonido armónico que lograba sacar de su cuerdas.
Solo estuve nerviosa el primer show, después estar sobre el escenario era como ser yo misma. Katty se convirtió en mi mejor amiga, en mi hermana, en mi maestra, en todo lo que esperaba convertirme y también me mostró un camino que no dudé en seguir.

Vampire

El día que Katty me contó lo que era fue poco antes de nuestro último concierto. No me quería separar de ella pero a su vez quería empezar mi carrera como solista, y ya tenía posibilidad de hacerlo gracias a ella.
Como en todo lo que decidía hacer me apoyó, y dijo que me iba a ayudar en lo que fuera necesario.
-Katty... ¿me prometés que no vamos a dejar de vernos? ¿que vas a tener tiempo para que nos encontremos a tomar algo, o a charlar?
-Claro que sí- me dijo mientras me peinaba el pelo- y quiero además contarte algo, que nos va a unir más que nunca, si vos aceptás...
La miré, esperando que me contara qué era. Si había algo que me pudiera unir más a ella no iba a dudar más de cinco segundos en aceptar.
-Tendré mucho que enseñarte y no es fácil hablar de esto en forma resumida, así que voy a ser breve.
Cada cosa que me decía me daba más curiosidad.
-En este mundo, existen los humanos mortales, y existimos nosotros, aquellos que la burlamos, los no-vivos, o como nos gusta llamarnos, Vampiros.
Esperó un rato para ver mi reacción y salvo sorpresa no debe haber encontrado nada más. Me mostró sus colmillos que obviamente siempre había tenido ocultos.
-Existe toda una sociedad vampírica a tu alrededor aunque no la hayas visto, y obviamente existen reglas que hay que cumplir... Cuando te vi por primera vez supe que serías mi compañera ideal, que podría estar con vos más allá de lo que cualquier otra relación pueda significar.
-¿Más que cualquier otra relación?
-Sí, el lazo que se forma entre un Sire y su chiquillo, así llamamos a los vampiros jóvenes que creamos, es muy fuerte.
-¿Y si digo que sí vamos a estar siempre juntas?
Sonrió.
-Sí, por el resto de la eternidad, si eso es lo que queremos.
-Entonces no tengo nada que pensar, la respuesta es sí.
Dejó de peinarme el pelo y se acuclilló al lado de la silla donde estaba sentada, me corrió el pelo del cuello.
En mi mirada no había temor, solo una gran curiosidad. La miré a través del espejo, como sacó sus colmillos y me dio un beso en el cuello, lo único que sentí fue un ligero pinchazo al principio, después solo sentí un placer que no había sentido nunca antes... ¿qué era eso? ¿Así se sentía ser un vampiro? Si era así no quería dejarlo nunca. Fue rápido, una ráfaga de emociones y entonces Katty usó sus colmillos para cortarse la muñeca y la acercó a mis labios. Lo primero que hice fue pasar la lengua, y la sangre sabía tan dulce... Era lo más rico que había probado nunca. Apoyé mis labios en la muñeca y empecé a beber su sangre. Eso parecía un sueño ¿o era real? Tenía que ser real, todo lo que sentía era real.
Ella se apartó y con una lamida en la herida de su muñeca la sangre cesó. No me había dado cuenta antes, pero había hecho lo mismo con mi cuello.
-¿Te puedo preguntar algo?
-Lo que quieras
-Esto de ser vampiro, no es público por lo que  asumo que no es fácil contarle a alguien y pedirle incluso que acepte ser uno más... ¿qué ibas a hacer sino aceptaba?
Yo ya sabía la respuesta, pero realmente no me importaba. La quería demasiado como para que importe.
-Por tu seguridad y la mía tendría que haberte borrado estos recuerdos.
Fueron seis meses en los que estuve siendo ghoul de Katty. Ella me explicó que durante ese tiempo iba a poder sufrir algunos cambios, como tener habilidades que antes no tenía y así fue, me costaba bastante pero podía llevar mi percepción a niveles más allá de lo normal, mis sentidos estaban aumentados a grados que un humano mortal no podría llegar ni en sueños... Me explicó cómo funcionaba la sociedad vampírica, cuáles eran las reglas que no debía romper, cómo iba a tener que cazar para que la gente no se diera cuenta.
El día antes de que me convirtiera me dijo que nos íbamos a ir al campo, había alquilado una cabaña en un profundo bosque. Llegamos casi al amanecer y ella me dijo que lo viera por última vez, porque una vez convertida en vampiro ya no podría hacerlo.
Vi por última vez el amanecer y estuve todo el día paseando por el bosque mientras ella dormía. Y después vi mi último atardecer. Ella llegó poco después de que se ocultó el sol y se sentó al lado mío en el tronco.
-¿Disfrutaste tu último amanecer y tu último atardecer?
-Sí, supongo que los voy a extrañar, pero solo un poco, comparado a lo demás es un precio fácil de pagar- le sonreí.


Shun

A Shun lo conocí de casualidad, estaba yendo en mi auto a buscar unos vestidos que tenía preparados ya mi modista para el concierto del sábado cuando en una esquina, la luz del semáforo se puso roja y vi a un chico oriental practicando artes marciales en un gimnasio. Aparqué doblando la esquina y entré al lugar. Me atendió el dueño, yo estaba con la ropa de ensayo así que me preguntó si yo era artista o algo así.
Le dije que tocaba el violín y que había empezado mi carrera como solista ese año, después de una gira con Katty Perry a la que obviamente conocía. Siempre hablaba con todo el mundo de mis cosas, de forma algo descuidada tal vez, pero así era yo, o al menos mi nuevo yo. Le dije que había visto pelear al chico oriental desde el auto y él me dijo que era su mejor alumno, su nombre era Shun.
-Me gustaría hablar con él para ofrecerle un trabajo.
-¡Hey Shun!
No sé por qué me llamó tanto la atención Shun, pero la realidad era que hubiera pagado lo que fuera para que sea mi guardaespaldas, por suerte dejé que mi manager se encargara de eso.
-¡Hola! Mi nombre es Lindsey Stirling, soy violinista y me gustaría contratarte para que seas mi guardaespaldas.
Shun se empezó a reír, pero a mí no me importó.
-¿Por qué te reís así?- le pregunté.
-No hacía falta tanta explicación, con que me hubieras dicho que necesitabas mis servicios de guardaespaldas alcanzaba.
-No sabía que eras guardaespaldas, solo te vi pelear por el vidrio del gimnasio.
-Ah... bueno... no tengo trabajo ahora, así que me vendría bien.
-¡Genial! ¡Entonces estás contratado!
Esta es mi tarjeta, podés llamar a Kevin, mi manager que él va a arreglar todos los papeles.
Agarró la tarjeta, se la guardó y se fue a seguir con su entrenamiento. No sabía mucho de artes marciales, pero el chico parecía muy bueno.
Shun había empezado a trabajar para mí ese mismo fin de semana, me acompañaba a los shows, me dejaba en casa y después se iba. Era responsable con su trabajo y a mí me caía muy bien. Cuando lo empecé a conocer sentí que quería que se quedara conmigo para siempre, así como quería quedarme con Katty cuando la conocí, así que un día, cuando él estaba muy borracho como para acordarse de algo le di un poco de mi sangre. Sabía que para convertir a alguien tenía que avisar, pero nadie me había dicho que para eso había que hacerlo, así que asumí que no pasaba nada. Por el momento no iba a decirle a Katty. Tener a Shun al lado no solo me procuraba seguridad, sino una reserva de sangre en caso de que la necesitara.

Derek

El recuerdo
Katy



Shun



No hay comentarios:

Publicar un comentario