domingo, 18 de agosto de 2013

Charles

Charles Wellington

Ya pasaron dos años desde que mi Sire, Elizabeth de York, me abrazara aquella noche de verano.

Aún recuerdo cuando la conocí hace ya 5 años, estaba interesado en hacer unos negocios en Inglaterra y estaba necesitando unos, muy molestos, permisos del gobierno y del banco de Inglaterra, ya hacía unos meses que veníamos dando vueltas realmente innecesarias cuando un amigo, Edward Stonehouse, me presento a Cordelia Lear, una amiga suya de Nueva York que podría ayudarme a conseguir lo que necesitaba gracias a unos contactos.

Elizabeth, quien se hacía llamar Cordelia Lear para todos los fines mundanos,  tenía la apariencia de una joven que no llegaba a los 30 años, pero se comportaba como toda una dama y esperaba que se la tratara de la misma forma, su pelo era dorado como el oro y de ojos de un celeste comparable solo con las más relucientes piedras preciosas, es una de esas mujeres que cuando entra en una habitación todos se voltean para admirar, siempre camina con seguridad y la cabeza en alto, como una reina de antaño. Su vestuario, aunque conservador, siempre se encuentra a la moda y su voz, con un acento Ingles inconfundible, es el complemento perfecto y que termina de cerrar la imagen que uno tiene de una verdadera Dama. El recuerdo de nuestro primer encuentro está grabado en mi mente.

Edward nos había invitado a una función nocturna de Hamlet en el central park, ya que ella era una gran admiradora del bardo inmortal y me había recomendado que leyera sus obras y sobre él si quería romper con cierta facilidad el hielo inicial. La función, pese a ser publica, fue muy buena y pronto me encontraba hablando con ella de la obra y luego de otras obras, como el Rey Lear. No sé bien cuando empezamos a hablar de mí, pero en un momento me di cuenta que ella sabía mucho más de mí que mi propia madre, sabía dónde había estudiado, cuáles fueron mis primeros negocios y como había llegado a la riqueza que ahora ostentaba, claro que eso es de dominio público, pero los detalles, nombres  y fechas que citaba no lo eran. Estaba claro que me investigó en detalle y que llevaba algún tiempo siguiendo mis pasos de cerca y la verdad era todo un halago, aunque por otro lado era bastante preocupante el saberse vigilado en ese detalle.

La verdad es que luego de ese contacto inicial empezamos a hablar periódicamente sobre el tema de Inglaterra, y cuando eso terminó seguimos en contacto, tanto que cualquiera hubiera pensado que teníamos algún amorío, pero la realidad era diferente, la verdad es que me estaba educando aún más por así decirlo, me estaba enseñando algunos secretos sobre el mundo de los negocios y de la política, y como estos se entrelazan desde hace siglos.

La noche de mi abrazo fue algo terrible, una noche con una inusual tormenta con vientos huracanados y rayos por doquier, Elizabeth había llegado sin aviso previo esa noche, algo muy raro en ella, entró hecha una furia en mi departamento. Sorprendido le ofrecí una copa de vino mientras ella avanzaba hacia mí con una mirada que jamás le había visto, cuando me gire a servir la copa de vino ella me tomó por la cabeza haciéndola a un lado y comenzando el abrazo.

Mi vida empezó a desfilar frente a mi, mis años en Salt Lake City, con mi padre Charles y mi madre Jessica, mis hermanos John, Mathew, Mark, Luke, Paul, Peter, Marcus, Mary Ann, Julia, Mecy, Lilian y Diana, recordaba como jugamos al escondite en la enorme mansión de papa, como íbamos al servicio todos los días, como buenos mormones, las clases de catequesis, a mi primera novia Charity.

Recordé mis años en Harvard estudiando arduamente economía y política, y a mi MBA, las largas noches quemándome los párpados con un libro y un café,  mi iniciación en mi fraternidad, y en la vieja y secreta secta de “Pluma, Espada y Moneda”.

El abrazo terminó tan abruptamente como empezó, pero para cuando Elizabeth me explico lo que era y finalmente lo entendí… la odie, la odie con todo lo que alguna vez hubiera llamado alma.

¿De qué servía todo el dinero del mundo si no podía disfrutar del simple placer de un café?, ¿o de un amanecer?, ella me había matado.

Tarde meses en recomponerme, meses de solitud en mi piso, en los que no hablaba con nadie, solo con Elizabeth y porque no podía ignorarla, me odiaba por eso, y la odie más cuando me explico que era por su sangre en mi cuerpo.

Elizabeth como gesto de “magnanimidad” consiguió un permiso para que pueda tener un chiquillo y probarme que sí podía tener algo como “hijos”, ella misma eligió a la que sería mi chiquilla incluso. Pero fue un fracaso, la pobre Tamara casi muere y ahora está totalmente obsesionada conmigo, y no porque quiera sino por la sangre que le di para evitar su muerte.
Decepcionado con el mundo, y con todo, decidí volver a donde me sentía en casa, Boston. La ciudad que me vio volverme un hombre ahora me vería volver como un no muerto.

Compre el Charlesgate, un edificio enorme de 8 pisos que ocupa una manzana entera. Tome el séptimo y octavo piso para mí, coloque mi oficina en el sexto y de allí para abajo coloque las oficinas principales de mi empresa, la Wellington Capital & Exchange.

Allí me di cuenta que ya no importaba el dinero ni la fama, que el sexo no era más que un desperdicio de tiempo que no me daba ni placer ni nada, ya no podía amar, lo único que me quedaba era tener poder, me di  cuenta del verdadero significado de las palabras de Orson Wells en 1984, yo ahora quiero el poder por el poder mismo, y nada más.


Charlesgate


El viejo edificio Charlesgate ubicado en el 535 de Beacon Street comenzó sus días, allá por 1901 como el Charlesgate Hotel, un hotel de fama medio dudosa diseñado por J. Pickering Putnam quien se cree que fue financiado por la mafia, aunque ninguna acusación fue jamás legalmente presentada, parte de estos rumores proviene de que es muy difícil (imposible por más de 3 décadas) el ver lo que sucede en el octavo piso, donde se dice se realizaban las actividades ilegales.

Canterbury, otro de los nombres dados al edificio sobre todo en los textos publicados alrededor de su fundación (incluso usado después de los años 20), fue construido con un estilo Neo-Romano con una torre cónica en el extremo noroeste del edificio y hermosas láminas de cobre esculpido en los ventanales que miran al río. La arquitectura extremadamente fina está acompañada por materiales importados de primera nivel para la época, sus pasillos alfombrados llenos de estatuas y columnas de mármol, junto con los detalles en los grabados que decoran todo el edificio siempre fueron de gran fama por su hermosura y figuran en casi toda nota que se ha hecho sobre el hotel.

Así, por casi 50 años Charlesgate funcionó como un hotel de alto nivel en lo que fue convirtiéndose en uno de los barrios más populares de Boston, Back Bay, un barrio de casas bajas de ladrillo, fue alrededor de 1947 cuando la Universidad de Boston compró el hotel para convertirlo en un dormitorio femenino dando el puntapié inicial para la primera gran conversión del Back Bay que poco a poco dejaba de ser un barrio residencial para convertirse en uno de los centros educativos de Boston, fue en esta compra que el edificio fue renombrado Charlesgate Hall.

No fue hasta 1973 que el edificio volvió a cambiar de manos para convertirse en una especie de pensión-albergue para estudiantes para luego volver a ser vendido a la Emerson College, reconocido instituto de artes liberales especializado en teatro, que volvió a ponerlo en condiciones y utilizarlo una vez más como dormitorio para sus alumnos, esto continuó así hasta 1990 cuando el edificio volvió a venderse, esta vez a capitales privados que comenzaron una refacción general del edificio para convertirlo en condominios y pisos que luego serían vendidos, esta refacción tomó alrededor de 9 años en terminarse y aún quedan algunos pisos sin ocupar.

Con la venta por parte de la Emerson College otro capítulo se cerró en Back Bay, la mayoría de las instituciones educativas que albergaba se habían mudado a otras zonas de la ciudad en busca de más lugar para expandirse (siendo de las últimas la Emerson), ahora, Back Bay es un conocido barrio de gente pudiente y educada, jóvenes profesionales y familias tradicionales de las clases altas de la ciudad.

Dejando de lado la historia del edificio oficial y hurgando un poco en los rumores, cuentos y leyendas de Boston no es difícil encontrar muchas historias vinculadas con este antiguo edificio.

Quizá lo más popular y conocido son las historias contadas y difundidas en la web por parte de alumnos de la Emerson, entre ellos las historias de fantasmas son normales, un alumno reportó el sentirse vigilado desde el armario de su habitación, curiosamente en esa misma habitación un hombre se quitó la vida el 15 de marzo de 1908.

Otro incidente conocido es el de una estudiante de la Universidad de Boston que aseguraba haber sido encerrada en la ducha al momento que una de las luces fallaba, y que al intentar ajustarla un charco de agua se formó repentinamente y por poco se electrocuta, notas sobre este incidente a veces incluyen comentarios de otros alumnas que reportaron que a la noche siguiente jugando a la copa un espíritu repetía “AC-DC AC-DC AC-DC AC-DC AC-DC” y terminó con un “jajajajajaja” antes de dejar de comunicarse con ellas.

También es de destacar el extraño final, allá por 1928, de J. Pickering Putnam quien fue encontrado en su habitación en el octavo piso muerto, rodeado de hojas con garabatos y fórmulas sin sentido, incluso se llegó a rumorear de un suicidio o muerte accidental por la ingesta de experimentos extraños a los que era tan aficionado.

Hace 4 años Charles Wellington compró el edificio y empezó una refacción completa del edificio que tomo dos años e incluye muchos cambio, entre ellos la actualización total de la tecnología del edificio convirtiéndolo en uno inteligente, algunas de las mejoras incluyen un nuevo sistema de calefacción y refrigeración, nuevos ascensores, nuevos cableados de electricidad y telefonía, sistemas de seguridad de última generación, un data center, la actualización total de los caños de agua y servicios, además de una reconstrucción y curación de todas las obras de arte así como de todos los detalles en los cobres, pinturas y alfombras. Más recientemente se adecuaron el octavo y séptimo piso como la residencia y oficinas de Charles respectivamente.



Para llegar a la oficina de Charles hay que bajarse en el séptimo piso donde hay una sala de espera bastante grande con televisores pasando comerciales y pauta de las empresas que le pertenecen, para descansar hay sillones de distintos tamaños y mesas ratonas con revistas de economía, negocios, arte y afines,  en el extremo derecho (mirando siempre desde el ascensor) están los baños construidos en colores claros, con mármol y grifería dorada, como detalles interesante también hay lustra zapatos y otras acomodaciones para el hombre de negocios. A la izquierda del salón hay una cocina equipada con equipamiento de lujo, y un grupo de 3 personas que se encargan de cocinar, hacer café y demases. De frente se encuentra una puerta doble de roble blindada, pasando esa puerta se encuentra la oficina de la asistente personal de Charles, Deborah Comstock con una sala de espera un poco más reducida, y atravesando esa oficina hay otro par de puertas de roble negro decorado con detalles en plateado, también blindada que da a la oficina de Charles.

Por dentro la oficina vista desde la puerta se presenta como un lugar muy sobrio con pisos de madera y paredes de un rojo delicado, ventanas amplias (que de día se cierran con placas de acero blindado) de vidrio blindado, de tanto en tanto en las paredes hay cuadros de estilo paisajista clásico. en la primera parte de la oficina diseñada en forma de T hay un espacio con sillones y mesas que dan a un enorme televisor LED que suele estar apagado salvo raras ocasiones, avanzando un poco más nos encontramos a la derecha con una barra con diferentes bebidas alcohólicas y normales, además de los juegos de cristal en que servir las bebidas, si seguimos avanzando por la oficina nos topamos con un enorme escritorio en roble negro y detalles en plateado, este escritorio está armado y diseñado especialmente, con un espacio para la pc de escritorio a la derecha y un deck para la notebook y pad de Charles a la izquierda.detrás del enorme escritorio hay una silla de cuero negro y metal, bien amplia y cómoda, y detrás de ella cuelga un enorme retrato de Charles rodeado por libreros lleno de tomos de libros de economía, derecho y política, avanzando por cualquiera de los dos cuerpos de la T hay más libreros y sillones, en el cuerpo de la derecha además hay un componente de música que es el que proporciona sonido a toda la oficina (que suele ser música clásica en general), atravesando esos cuerpos se da con las puertas que dan al resto del piso y casa de charles.

A diferencia de su oficina la casa de Charles está decorada en madera y acero, dando un toque más hogareño, la casa cuenta con múltiples habitaciones para huéspedes y lo último en tecnología. Un detalle a destacar es que en cada habitación hay instalados distintos dispersores de aromatizantes que dan a cada sala un olor y espíritu diferente al anterior, otro detalle también importante es que el octavo piso no tiene ningún acceso por ascensor o escalera, y por último que como todas las ventanas de su oficina las ventanas son blindadas y tienen paneles de acero blindado a modo de cortina para mayor seguridad.

Wellington Capital & Exchange

Charles Wellington Segundo fundó la WC&E hace ya 12 años tras haber terminado su MBA en Harvard y posteriormente haberse mudado a Nueva York y recibido un préstamo de $2Millones de dólares por parte de su padre, la compañía comenzó sus días como una modesta firma de agentes de bolsa para Wall Street obteniendo un gran prestigio, no sólo por las sumas que ganaba sino también por su política empresarial e imagen tanto en la prensa como en el boca a boca de grandes emprendedores e inversores.

Ya para el 2005 la empresa contaba con distintas oficinas en las más importantes bolsas del globo para poco después, en 2008, empezar a diversificar sus actividades incluyendo el préstamo de dinero a empresas y bancos aprovechando la crisis que amenazaba la estabilidad de varias empresas (como GMC y GE, entre otras) que necesitaban préstamos para financiar sus operaciones día a día.

La empresa actualmente se encuentra en posesión de  Charles Wellington Segundo y es dirigida tanto por Charles Wellington Segundo como por su asistente personal Tamara Sumerset, quien se encarga de las actividades diurnas.


Wellington Media Investments

La W.M.I.surgió en un primer momento como un área dentro de la W.E.C. pero que gracias a buenas inversiones y un gran flujo de negocio terminó por separarse de la empresa original cuando Charles empezó a diversificar sus inversiones en varios rubros.

Contando originalmente solo con una pequeña inversión en Universal Pictures pronto comenzó a cobrar más valor gracias a la reinversión de sus ganancias en diferentes medios como la cadena Fox y sus estudios, Estudios Paramount, Dolby, Pixar y Warner Bros entre los más renombrados, incluyendo recientemente un buen número de agencias de talento y pequeñas inversiones en productoras independientes y cadenas locales.

A sabiendas de que el cine y la televisión no son su fuerte, Charles dejó la dirección de la empresa a un colaborador cercano con quien hizo las primeras inversiones, Sidney Lumet, aunque siempre mantiene un ojo en las finanzas y en los negocios finales ya que su conocimientos de economía y finanzas suelen exceder las de Sidney.


Wellington Arts and Paintings

La última de las empresas fundadas directamente por Charles está dedicada al arte, en casi todas sus formas. Dirigida por Raquel Green, una compañera de Harvard de Charles, la empresa se encarga principalmente de la adquisición, atesoramiento, venta o alquiler (en forma de exposiciones itinerantes) de valiosas piezas de arte de distintos géneros, aunque su mayor fuerte se encuentre en el arte clásico, debido en su mayoría al gusto de Charles y Raquel en él, además de que Raquel ostenta un A.M. (Artium Magister, una Maestría en Arte) en Arte Clásico.

Adicionalmente Charles suele comprar, o tomar como pago de ganancias, distintas obras de su agrado para decorar su casa y oficina, así como encargarle a Raquel y su equipo el diseño de interiores y restauración de distintos edificios de su propiedad, siendo el ejemplo más reciente el Charlesgate.

Otros Recursos

Summer-Jet, una pequeña empresa de jets privados con base en Boston y Los Ángeles, su objetivo principal es el de taxis aéreos y transporte personal de Charles.
House & Home: empresa inmobiliaria con sedes en las principales ciudades de Estados Unidos y Canadá.
Cajas de Seguridad en Suiza y distintos bancos Americanos donde ahorra en joyas y arte como salvaguarda.
Inversiones personales en Exxon Mobil, Lukoil y Gazprom, así como bonos de deuda de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, Rusia y Japón. En tecnología IBM, Google y Motorola. En autos G.M.C. y B.M.W..

Amber Louise, Secretaria Personal



Cordelia Lear, Sire

Elizabeth de York, Sire

Raquel Green, Presidenta de la Wellington Arts and Paintings

Sidney Lumet, Presidente de Wellington Media Investments

Tamara Sumerset, Criada Ghoul

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